Se trata del "sexador de pollos", un empleo que requiere cierta destreza y se basa en distinguir el sexo de estos animales en cuestión de segundos.
La falta de especialistas que sepan distinguir rápidamente hembras de machos tiene a la industria avícola en jaque en Reino Unido.
Pese a la escasez de personal calificado, se trata de un empleo muy bien remunerado: se pagan nada menos de U$S 60.000 al año, unos U$S 5.000 por mes.
El trabajo implica concentración, destreza, agudeza visual y simpatía por los animales. Además se requiere tener la habilidad de distinguir el sexo de los polluelos con precisión.
"No existe una máquina capaz de alcanzar el 97% a 98% de un trabajador calificado", dijo a BBC Mundo Andrew Large del Consejo Británico de Aves de Corral.
El jerarca admitió que "el problema es el trabajo en sí" porque "pasás horas cada día mirando pollitos por detrás. No se ve como algo atractivo".
LA TAREA. Consiste en sentarse frente a una caja de pollitos recién nacidos y apretar uno por uno hasta que se abra la ventilación anal donde están los órganos sexuales de estas aves.
En menos de cuatro segundos se deben examinar las diferencias minúsculas que hay entre machos y hemnras.